Balade au pays basque

Lo que más sorprende a nuestros visitantes es la proximidad: aquí todo está cerca de todo y ¡todo está a sus pies! La montaña coquetea con el mar, la zona del interior está justo detrás de la puerta.

Si tuviéramos que definir al País Vasco francés con una sola palabra, ésta sería DENSIDAD.

Siguiendo los pasos de los pastores, pisando las huellas de los contrabandistas o salpicados por la resaca, los senderos son tan diversos como el país. Si nos referimos a la legalidad pedestre, el GR 10 lo atraviesa, después están los recorridos oficiosos, con sus variantes que se transmiten de padres a hijos. Pero todos los caminos llevan a una reconfortante Roma: un merendero, una “venta” esos ultramarinos de montaña, predecesores de las “duty free“, con una puerta de entrada en Francia y un mostrador en España. La llegada de Europa ha puesto fin a interminables batallas de juristas que intentaban aclarar qué legislación debía aplicarse. Se acabó el escalofrío al pasar la aduana con licores y chorizo escondidos bajo la falda de amatxi (abuela), que iba sentada en la parte trasera junto a los niños.

 Talaia, el sendero del litoral, ofrece 54 km de grandiosos panoramas a lo largo de la costa vasca 

De Bidart a San Sebastian, montañas a un lado,playas y acantilados al otro, ¡pasead por el sendero del litoral! Accesible a todos, para un paseo en familia o 4 días de viaje itinerante

Philippe propone paseos a la medida de sus deseos: en un fin de semana tendrá la impresión de haberlo visto todo, tras una estancia de dos semanas, evaluará la cantidad de cosas que todavía le quedan por descubrir.